Una de las temáticas que más atención ha captado en los últimos meses dentro del ecosistema cripto, es el consumo de energía de la minería de criptomonedas como Bitcoin. De hecho, seguramente has podido ver como el tema ha ocupado titulares en los grandes medios. Ante el aluvión de noticias y comentarios críticos sobre el consumo de energía de Bitcoin y otras criptomonedas, muchos se preguntan ¿Es realmente tan grave el tema del consumo energético? ¿Qué hay detrás de los titulares alarmistas?

Desde Bit2Me, como parte de la comunidad cripto, queremos despejar las dudas y destapar los mitos en torno a esta cuestión.

¿Por qué la minería de criptomonedas consume tanta energía?

La minería de criptomonedas es una actividad que consume grandes cantidades de energía. La razón de ello, es que para llevarla a cabo es necesario contar con equipos computacionales muy potentes. De hecho, mientras más potentes mayor será tu posibilidad de obtener ganancias, y por ende, mayor será tu necesidad de energía.

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Este modelo de trabajo es posible gracias al protocolo de consenso conocido como Proof of Work o Prueba de Trabajo (PoW). Básicamente, este protocolo necesita que existan determinados nodos que hagan un trabajo muy específico. Dicho trabajo es la creación de los bloques que formarán parte de la blockchain. Estos bloques son un paquete de información básica que permite incluir las transacciones que se realizan en la red, para que sean validadas y ejecutadas.

Lo anterior puede sonar a «trabajo fácil», pero nada más lejos de la realidad. De hecho, crear un bloque requiere de mucha potencia computacional y esto es muy bueno por una poderosa razón: requerir de mucha potencia computacional asegura que la información de los bloques no pueda alterarse. Así, puedes estar seguro de que mientras más potencia computacional tenga una blockchain PoW, menos probable es que la información en ella pueda manipularse. Esa es una medida de seguridad muy poderosa, tanto es así que en Bitcoin (la red más poderosa) nunca se ha podido manipular la información que forma parte de su blockchain.

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Mitos sobre la minería de Bitcoin y su consumo de energía

Alcanzar esa potencia tiene un coste. En primer lugar, se necesitan máquinas especializadas conocidas como ASIC para llegar a esos niveles de cálculo computacional. Y en segundo lugar, esas mismas máquinas consumen mucha energía eléctrica. Esto genera un «efecto cascada», en el que mientras más potencia conectemos a la red blockchain, más energía eléctrica usaremos. Sin embargo, existen también muchos factores que afectan esta relación, y aquí es donde comenzamos a derribar los mitos y FUD  (del inglés, Fear, Uncertainty and Doubts, en español miedo, incertidumbre y duda) que se ha creado sobre las criptomonedas y su consumo energético.

Mito #01: La minería de criptomonedas es solo una actividad derrochadora de energía

El mito más extendido para atacar a la minería de criptomonedas es que simplemente derrocha energía sin contribuir en nada más. Esto, como podrás ver, es completamente falso debido a varios puntos:

  1. Realizar una actividad de minería requiere de energía que debe ser pagada. Esto se traduce en ganancias tanto para la empresa de energía, como para el gobierno por medio de impuestos.
  2. Genera puestos de trabajo, porque sus infraestructuras no se mantienen mágicamente y requieren de personal capacitado para instalación y mantenimiento.
  3. Genera un mayor nivel de actividad comercial, ya que los mineros y quienes mantienen esas infraestructuras generan utilidades que les permiten consumir más. Esto beneficia a comercios, a quienes trabajan en dichos comercios (porque sus trabajos dependen de que las personas consuman) y a los gobiernos (nuevamente más impuestos).
  4. Se crea un nuevo sistema económico en el que todos pueden participar de forma abierta y que es seguro. Esto gracias a que el trabajo de los mineros se encarga de hacer prácticamente inhackeable este sistema.

Por todo ello, llamar a la minería de criptomonedas como «solo una actividad para derrochar energía» es desconocer todo esto.

Mito #02: La minería es una actividad altamente contaminante

Otra afirmación falsa contra la minería está relacionada con su alto grado de contaminación, y todo ello basado en su alto consumo energético. Esta es quizás la afirmación más débil contra la minería de criptomonedas, porque si comparamos, el impacto energético y contaminante de Bitcoin, es por lejos, el menor frente a otras industrias.

Por ejemplo, el sistema bancario internacional, solo el sistema bancario (sin contar sus actividades conexas) consume casi 300 TW/hr anuales de energía, 2,5 veces más que Bitcoin. La contradicción de la situación, es que precisamente son los bancos quienes más atacan a la minería de criptomonedas como «derrochadores contaminantes». Lamentablemente, no podemos conocer la totalidad de la energía que gasta el sistema bancario internacional, ya que rastrear todas sus actividades conexas es complejo. Por ejemplo, ¿Cuánta energía a nivel mundial se gasta talando árboles, procesando papel moneda, imprimiendo, extrayendo metales, creando monedas y luego transportando billetes y monedas en todo el mundo?

Sin embargo, sí podemos ofrecerte otros datos de interés sobre consumo energético y contaminación. Por ejemplo, te has preguntado ¿Cuánto cuesta sacar el aluminio de esa lata de refresco que tanto te gusta? ¿O el de la bicicleta que usas para dar paseos? Pues bien, quizás no te agrade saber que esa actividad es 10000 veces más consumidora de energía y eso sin contar la transformación final del elemento. Ni hablar del impacto minero y ambiental que esta actividad tiene sobre el planeta y la región donde se realiza.

En este punto queda claro una cosa: cada producto o servicio tiene su propia huella energética y medioambiental. En este caso, la minería de criptomonedas tiene una huella importante, pero incluso así, hay colosos mucho más grandes. Por supuesto, esto jamás lo verás en los grandes noticiarios. Eso sí, en todo caso, como comunidad nuestro deber es buscar soluciones para minimizar de forma real este problema.

Mito #03: La minería de criptomonedas emite excesivas cantidades de CO2

Quizás el mito más apocalíptico (y más falso) creado contra la minería. De hecho, no es raro ver noticias donde se hacen afirmaciones como «cada BTC tiene una emisión de 126 toneladas de CO2». Incluso, se ha llegado a decir que las metas de reducción de emisiones de CO2 se perderán por culpa de la minería. La verdad es muy distinta, y hay una sólida razón para afirmarlo: el 73% de la energía usada para minar Bitcoin es renovable y con una marca de CO2 neutral. Estos datos fueron aportados por un reporte realizado por CoinShares en 2019, y del cual en  Bit2Me mantenemos una copia bien guardada.

De hecho, esta afirmación es tan falsa que se cae a la mínima revisión y aquí te lo demostramos:

Si sabemos que el 73% de la energía usada en Bitcoin es neutral en carbono, entonces de sus 130 TW/h anuales de energía, sólo 35,1 TW/h tienen una huella de carbono. Medir esa huella es tan sencillo como usar esta formulación creada por AVERT en los Estados Unidos. La formulación indica que:

1,562.4 lb CO2/MWh × (4.536 × 10-4 toneladas métricas/lb) × 0.001 MWh/kWh = 7.09 × 10-4 toneladas métricas de CO2/kWh

Así, sustituyendo el valor energético de esos 24,3 TW/hr anuales de energía tenemos:

1.562,4 lb CO2/MWh × (4,536 × 10-4 toneladas métricas/lb) × 35.100.000 MWh/kWh = 24.875.532,86 toneladas métricas de CO2/kWh

Eso significa que cada BTC tiene una huella de carbono de unas 76 toneladas de CO2: 50 toneladas menos de lo que muchos medios afirman. ¿Qué aún así es mucho? Sí, estás en lo correcto, pero la mayoría de granjas de minería trabajan activamente para evitar esto de una forma muy sencilla: creando sus propios suministros de energía renovables o usando los ya construidos. De hecho, se puede ver un dato muy curioso en las provincias de Sichuan y Xinjiang. Estas provincias acumulaban cerca del 50% del hash minero de Bitcoin, y en ellas, más del 80% de la energía disponible es de carácter renovable (hidroeléctricas).

En tal sentido, la minería de Bitcoin busca el camino de la menor emisión. Y es natural, porque el coste de producir 1 kW/h de energía usando carbón o gas, es más caro que hacerlo usando una hidroeléctrica, eólica o solar. Incluso, a largo plazo, sale más económico el kW/h de una nuclear, que alguna de sus opciones fósiles. Esto deja en claro un punto: Bitcoin no hará perder las metas de reducción de CO2, retrasar la llegada de los eléctricos y torpedear la energía nuclear, sí que lo hará.

Mito #04: Bitcoin y su minería consumen energía para nada

Otra afirmación falsa sobre Bitcoin y su minería, es que en realidad no genera nada. Basan esta acusación en que Bitcoin no tiene valor real ni está sustentado por nada.De hecho, argumentan que lo único que vemos en la blockchain son números y letras aleatorios sin importancia. En pocas palabras: el trabajo de minería no tiene sentido y toda esa energía es malgastada.

La verdad es que la minería de Bitcoin sirve para mantener la red segura, una confianza que al final se traduce en un enorme valor para su moneda, porque existe la confianza de que una vez realizada una transacción en ella, esta no pueda ser borrada o manipulada de alguna manera. Eso último, es una confianza que el sistema bancario internacional no puede ofrecer con el sistema actual.

En contraste, algo que muchas personas dan por sentado, realmente si es un grave problema energético que no hace nada. Seguramente, te sorprenderá saber que los modos de «Stand by» o «Sleep» de muchos aparatos electrónicos actuales, en realidad, son los culpables de una enorme cuota de consumo eléctrico a nivel global.

Por ejemplo, una TV en modo «Standby» consume en promedio unos 5 W/h de energía en promedio y unos 43,8 kW/h al año. Si multiplicamos ese valor por unos 1800 millones de TV en todo el mundo, tenemos un total de 78,84 TW/h de energía anuales gastados realmente en nada. Eso es más de la mitad del consumo de la red Bitcoin. Y eso, es solo la punta del iceberg. Si tomamos en cuenta que el desperdicio anual promedio de un hogar es de unos 500 watts/h, tenemos que anualmente se pierden 7884 TW/h anuales de energía. Lo que es 60 veces más que el consumo de la red Bitcoin. Y eso, es una estimación que no toma en cuenta ciertas facilidades de la vida moderna como cafeteras, estufas eléctricas, neveras, aire acondicionado, calefactores, routers o módems, entre otros.

La realidad del consumo de energía de la minería de Bitcoin y otras criptomonedas

Puede que Elon Musk o cualquier gran personalidad del mundo diga que Bitcoin malgasta energía. Pero, lo cierto es que en comparación, Bitcoin hace un uso eficiente y de valor para la energía que usa. Incluso, puede que señalen a Bitcoin como el mismísimo infierno de los medioambientalistas, pero la realidad es que hay problemas energéticos mucho más graves y en escalas muy superiores al que Bitcoin puede representar.  Muchos medios en todo caso hacen  como el avestruz, solo sacan la cabeza del hoyo cuando les conviene o simplemente para destruir un objetivo, y en este caso, la diana la tienen las criptomonedas y su minería.

Pero entendemos por qué lo hacen. Después de todo, atacar la raíz del sistema financiero mundial, ese sistema que da poder económico para coartar nuestras libertades, es algo que les asusta. Porque ver a las masas libres e independientes económicamente es su peor pesadilla. Mientras como comunidad solo nos queda abogar por una cosa: seguir minando Bitcoin y criptomonedas.  Todo mientras ampliamos nuestra comunidad y demostramos que incluso con esos problemas de «consumo energético excesivo» las criptomonedas pueden evolucionar. Además, demostrar que «minería» y «sostenibilidad energética» no son palabras enemigas. Y, por tanto, se puede crear un mundo mucho mejor y abierto, siguiendo este camino.

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