¿Alguna vez te has preguntado por qué se llama montaña rusa a esa atracción del parque de atracciones? 

Lógicamente, el concepto nació en Rusia. En el S.XVIII. Los circuitos eran de hielo y los carritos, también. Solo lo usaba la realeza. Y solo en invierno. 

No había loopings ni cuestas arriba, claro. 

Cuando Napoleón invadió Rusia, este invento se extendió por todo el continente y se fue perfeccionando. Hasta nuestros días. 

¿Por qué te contamos esto?

Porque Bitcoin ha vivido en las últimas semanas en una de estas montañas rusas. De las nuevas, eso sí. 

A finales de agosto, Bitcoin se encontraba sobre los $25,900, en la planicie de su recorrido. Sin embargo, una noticia lo alteró: un juzgado federal de los EEUU obligaba a la SEC, la agencia regulatoria de EEUU, a admitir el estudio de un ETF de Grayscale. ¿Qué quiere decir esto?

Un ETF es un tipo de fondo de inversión que cotiza en una bolsa de valores. Esto significa que se puede comprar y vender como una acción, y su precio fluctúa a lo largo del día.

Ante la noticia, el precio de Bitcoin se vino arriba. Al final los ETF meterán más liquidez en el mercado = más adopción cripto = más gente usando Bitcoin. 

Pero, ya sabemos, si es una montaña rusa, hay que bajar. Y recordemos que a los rusos del S.XVIII lo que les gustaba era bajar por esas colinas heladas.

La SEC, solo dos días después, retrasó hasta octubre la decisión sobre las solicitudes de ETF de Bitcoin que tiene encima de la mesa. Al menos 8. Y pasó esto. 

Montaña rusa completada.

¿Qué ocurrirá en octubre? Nadie lo sabe, realmente. 

Pero, por lo que pueda pasar, convendría estar preparados y holdeando Bitcoin a la espera de una buena oportunidad. ¿Y si el precio actual es el más bajo que habrá para los próximos años?